lunes, 11 de febrero de 2013

SPORTS NEWS

FUTBOL.Dice adiós al fútbol por la vida de su hija

El delantero, que pasó por Belgrano en 2001, se jugó la vida por su Gabriela. Abandonó su porfesión y decidió donar un órgano. El pasado 7 de diciembre se jugó la vida y hoy se siente orgulloso de su acción.
A los 36 años, Ariel Giaccone sentía que el fútbol lo era todo. Hasta que la vida prendió una alarma y entonces, dejó el deporte para jugarse la vida por su hija.
Gabriela, su hija, de 19 años (producto de una relación anterior a su actual matrimonio), necesitaba un trasplante para seguir viviendo y Ariel supo que debía hacerlo. Y así, el pasado 7 de diciembre le donó un riñón para que pudiera tener una vida normal y se ganó para siempre el orgullo de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha, según publicó hoy La Voz de San Justo.

Ariel pasó por Belgrano (se lo recuerda por un gol a Unión de Santa Fe en 2001), Sportivo Belgrano, Ferro, San José (Bolivia), 9 de Julio de Morteros, y también jugó en equipos de Altos de Chipión, Centro, su último equipo fue Porteña Asociación.

-¿Cuándo comienza esta historia?
-Me entero a mediados de abril de la enfermedad de Gabriela, puntualmente se llama deficiencia renal. Hicimos varios estudios hasta que a mediados de junio el doctor Mateo nos comunica la enfermedad después de no saber bien qué era. Hasta se llegó a pensar que era anoréxica, pero en definitiva el tema era que sus riñones no funcionaban.

-¿Cuándo y cómo tomas la decisión de ser el donante?
-Lo hablé mucho con Laura, mi esposa, y ella supo entenderme. A Gabriela el riñón le iba a funcionar sí o sí, a mí me aparecieron los temores normales de semejante operación, pero siempre encontré el apoyo de mi familia. En agosto viajamos a Córdoba con el doctor Pablo Novoa, empezamos a hacer todos los estudios por el tema de la compatibilidad. Hay que analizar seis ramas, la más importante es la sangre. Nuestros hijos tienen la mitad de cada factor de los padres y ese 50% tiene que ser exacto a la hora de trasplantar.

-Y llegó el día… ¿Cuántas cosas pasaron por tu cabeza camino al quirófano?
-Todo sucedió en el Sanatorio Allende en Córdoba, mi operación duró cerca de seis horas, Gabriela un poco más pero muy parecido. Por suerte salió todo bien. Me sentía muy tranquilo, siento que Dios me dio esa tranquilidad. Siempre pensé en positivo: el miedo estaba, pero nunca lo trasmití a mi familia.



RESUMEN.

El jugador de fútbol Ariel Giaccone, futbolista de 36 años, abandonó su profesión para donar un riñón a su hija Gabriela que padecía insuficiencia renal.
El futbolista cuenta que sintió miedo ante la operación, pero no dudó en hacerlo para que su hija tuviera una vida normal. Esto le hizo ganar para siempre el orgullo de ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha.

OPINION PERSONAL.

Ante la lectura de esta noticia lo primero que se me viene a la cabeza es el amor que sienten los padres hacia sus hijos. Este amor es tan fuerte que no dudan en arriesgar su vida para salvar la de ellos.
Estas noticias son las que necesitamos en estos días, donde  vemos en la televisión que aparecen recién nacidos abandonados o niños en el hospital por lesiones causadas por malos tratos. El futbolista argentino ha podido perder su vida intentando salvar la de su hija al donarle un riñón. Aunque él sabía que la operación era arriesgada y tenía miedo, no dudó en ayudarla para que pudiese llevar una vida normal y abandonar su carrera deportiva. La mayoría de los padres hacen lo que sea por el bienestar de sus hijos. Aunque el fútbol lo era todo para él, lo ha abandonado para someterse a una operación que duró casi 6 horas sin saber si dicha operación iba a salir bien o mal. Este padre mereció la recompensa de que saliese todo bien. Su sacrificio  ha merecido la pena. Los valores como la solidaridad, la entrega ,el compañerismo están presentes en el deporte pero esto va más lejos,  el sacrificio de un padre que no duda en renunciar a su carrera deportiva para salvar la vida de su hija.




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